En la ciudad de Monterrey, en una de las colonias marginadas, un niño de dos años muere debido a la picadura de una abispa. Cerca de las 5:oo p.m., Jonathan Herrera jugaba afuera de su casa, su madre lo observaba a unos cuantos metros. De pronto escuchó llantos que provenían de la boca de su hijo.
Ésta al verlo, llamo a la cruz verde, cuando llegaron los paramédicos no pudierosn hacer nada porque ya no presentaba signos vitales. Según los médicos especialistas, el desceso se pudo deber a una alergía a dichos insectos.
Los vecinos y familiares aún no creen lo que sucedió y lamentablemente es una pérdida irreparable.
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